El Tai Chi Chuan y el Chi Kung, 
como Sistema Terapéutico, Arte Marcial y Vía de Auto-conocimiento.

1era Parte

Como es bien sabido por quienes han tenido un acercamiento al Tai Chi Chuan, este complejo arte, intenta ser una expresión concreta, práctica, de los principios del Tao en los que se basa no solo esta filosofía, sino también la Medicina Tradicional China (M.T.C.).

De la misma forma en que, por ejemplo, la lectura del Tao Te Ching, de Lao Tse, punto de partida de la literatura Taoísta, nos revela distintos niveles de comprensión, reservando solo a los iniciados en la práctica de la Alquimia Interna, sus aspectos más esotéricos, de la misma forma, solo será evidente la profundidad de conocimientos volcados en cada uno de los aspectos de esta práctica para quienes dediquen años de estudio a la misma, y tengan la suerte, la constancia y la humildad para encontrar un maestro capaz de transmitir por su propia experiencia, los aspectos fundamentales y la visión energética y holística necesaria para desarrollar como “guerreros” la estrategia de vida adecuada a cada tiempo, lugar y circunstancias, e intentar así “El Camino del Cielo.”
Lamentablemente, encontrar un maestro que transmita la experiencia espiritual genuina nunca ha sido tarea fácil, ni en la antigüedad, y mucho menos en estos tiempos, donde incluso las artes en general han adquirido la característica utilitaria de la sociedad en que vivimos, perdiendo su aspecto sagrado, como forma de alcanzar otros estados de conciencia, limitándose a ser una mera exhibición de las propias capacidades, o una forma más de ganarse la vida. Hablamos de la música, la danza...etc. Y mucho más aun de las Artes Marciales, cuyo estrecho y frágil vínculo con la práctica espiritual, antiguo legado de Maestros como Zhang Sanfeng, Bodhidharma y otros, parece haber casi desaparecido hoy día, sobre todo en Occidente, donde escuelas e instructores, lejos de formar una “hermandad de buscadores” o investigadores, compiten y se critican entre si, ostentan sus presuntas capacidades técnicas en el resultado de campeonatos o reflejados en titulaciones otorgadas por federaciones que en el mejor de los casos se limitan a tener un programa técnico en el que nada tienen que ver los aspectos internos que podrían hacer de la práctica una vía de auto-conocimiento.

Pero ya nos alertaba de esto el Lie Zi ( Texto clásico taoísta del siglo III.) en historias como la del arquero que fue a ver al Maestro Wu Ren para mostrarle como era capaz de dar en el blanco con rapidez una flecha tras otra sin derramar el agua de una taza sobre su codo, y sin embargo comenzó a temblar cuando el Maestro lo acercó a un precipicio, demostrando la dualidad en que vivía.